¿Utilizo en mis clases el aprendizaje cooperativo?


Buena pregunta, sin duda.

En un primer momento, iba a responder que sí, pero después de un rato pensando, me he percatado que la respuesta sería “a veces”. Es más, creo que es muy difícil impartir una asignatura (en mi caso, módulo, puesto que doy clases en formación profesional), sólo con aprendizaje colaborativo. Así, yo creo que a lo largo del curso es bueno valerse de las diferentes metodologías, y utilizar aquellas que es ese momento determinado se adapten a tus necesidades.

Dicho esto, voy a explicar mi practica cooperativa con mi alumnado. Las veces que la he utilizado ha sido uso cuando planteo un reto en ABP. Supongo que al explicar qué hago, cualquiera que lo lea le pondrá otro nombre, pero creo que la esencia será la misma.

Una de las estrategias que utilizo es el “lluvia de ideas”, y la llevo a cabo al principio de un proyecto, cuando quiero que ellos mismos vayan dando forma al reto planteado. Otra sería el “1, 2, 4 y todos”, estrategia en la que individualmente se propone algo para solucionar un problema, luego lo discute con un compañero e intentan consensuar, después se juntan dos parejas y para lo mismo, y finalmente se pone todo en común.

Otra estrategia que utilizo, y que muchos diréis que no es cooperativo sino sumativo, es dividir un macro proyecto en muchos retos, y que cada grupo se encargue de un reto, para que finalmente podamos unir todos los retos y obtenemos el producto final. En este último caso sí trabajamos varios docentes juntos, dado que la envergadura de los proyectos suele ser considerables. Tengo la suerte de que el profesorado que me rodea está dispuesto a trabajar con esta metodología, y no tenemos problemas de coordinación.

La dificultad encontrada, si se puede calificar así, es simplemente que yo no controlo del todo el proceso, puesto que el alumnado tiene mucho peso. Pero es la base del método, y el problema es mío, ya que el resultado luego es excelente, porque consiguen lo que han establecido, y además trabajando en equipo, lo cual generalmente se refleja en la satisfacción del alumnado.

Para acabar, quería decir que en situaciones de confinamiento se podría hacer prácticamente lo mismo, si bien el carácter online exigirá más esfuerzo para por parte del alumnado para entender a sus compañeros, ya que se pierde esa comunicación cara a cara, que una pantalla no puede suplir.

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